Publicado por: INGESIMA el 17 de agosto de 2022
La energía solar térmica es una forma de aprovechar la radiación solar para
generar calor. Se basa en el principio de utilizar la energía del sol para
calentar un fluido, como agua o aire, y utilizar ese calor en diversas
aplicaciones, como calefacción, agua caliente sanitaria o procesos
industriales.
El funcionamiento de un sistema de energía solar térmica consiste en captar
la radiación solar mediante paneles solares térmicos, también conocidos como
colectores solares. Estos colectores están compuestos por tubos o placas que
contienen un líquido o un gas que se calienta al entrar en contacto con la
radiación solar. A medida que el fluido se calienta, puede transferir ese
calor a un sistema de almacenamiento o a un circuito de distribución.
Existen dos tipos principales de sistemas de energía solar térmica: de baja temperatura y de alta temperatura.
Los sistemas de baja temperatura se utilizan principalmente
para aplicaciones residenciales y comerciales, como la producción de agua
caliente sanitaria o la calefacción de espacios.
Los sistemas de alta temperatura se utilizan en
aplicaciones industriales, como la generación de vapor para la producción de
electricidad o procesos de fabricación.
Fuente de energía renovable: La energía
solar térmica utiliza la radiación solar, una fuente de energía renovable y
abundante, lo que la convierte en una opción sostenible y respetuosa con el
medio ambiente.
Reducción de emisiones: Al aprovechar la energía solar en
lugar de combustibles fósiles, la energía solar térmica ayuda a reducir las
emisiones de gases de efecto invernadero y contribuye a mitigar el cambio
climático.
Ahorro económico a largo plazo: Aunque la instalación
inicial de un sistema de energía solar térmica puede tener un costo
significativo, a largo plazo puede resultar rentable al reducir los gastos
en energía convencional, como la calefacción o el agua caliente
sanitaria.
Independencia energética: Al utilizar la energía solar
para generar calor, se reduce la dependencia de los combustibles fósiles y
se disminuye la vulnerabilidad frente a los precios fluctuantes del petróleo
y el gas.
Diversificación de la matriz energética: La incorporación
de la energía solar térmica en la mezcla energética contribuye a
diversificar las fuentes de energía utilizadas, lo que aumenta la
resiliencia y la seguridad energética de un país o una región.
Aplicaciones versátiles: La energía solar térmica se puede
utilizar en una amplia variedad de aplicaciones, como calefacción de
edificios, agua caliente sanitaria, piscinas, procesos industriales y
generación de electricidad en sistemas termosolares.
Mantenimiento y operación sencillos: Los sistemas de
energía solar térmica suelen requerir un mantenimiento básico y su operación
es relativamente sencilla, lo que facilita su adopción y utilización.
Larga vida útil: Los colectores solares térmicos tienen
una vida útil prolongada, generalmente de 20 a 30 años, lo que garantiza un
período de funcionamiento y beneficios a largo plazo.
Impacto positivo en la imagen corporativa: Utilizar
energía solar térmica demuestra un compromiso con la sostenibilidad y el
cuidado del medio ambiente, lo que puede mejorar la reputación de empresas y
organizaciones frente a sus clientes, empleados y la comunidad en general.
Si deseas información sobre las ayudas y subvenciones que existen ligados a la Energía solar térmica, con fuentes de energías renovables, así como a la implantación de sistemas térmicos renovables en el sector residencial, que recoge en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.