Publicado por: INGESIMA el 10 de agosto de 2022
Las placas fotovoltaicas están compuestas por células solares, que están hechas principalmente de silicio. Cuando la luz solar incide sobre las células solares, los fotones (partículas de luz) excitan los electrones en el material, generando una corriente eléctrica.
Generación de electricidad: Las placas fotovoltaicas se
utilizan para generar electricidad en aplicaciones tanto residenciales como
comerciales e industriales. Pueden alimentar sistemas de iluminación,
electrodomésticos, equipos electrónicos e incluso redes eléctricas
completas.
Energía autónoma: Son ideales para lugares remotos o
aislados donde no hay acceso a la red eléctrica convencional. Se utilizan en
sistemas de energía solar autónomos, como en viviendas rurales,
instalaciones agrícolas, estaciones meteorológicas, farolas solares, entre
otros.
Energía en red: Las placas fotovoltaicas también pueden
estar conectadas a la red eléctrica convencional. En este caso, la
electricidad generada se inyecta en la red y se utiliza como fuente de
energía para otros usuarios. Además, en algunos lugares, se establecen
políticas de medición neta que permiten a los propietarios de paneles
solares recibir créditos por la energía que generan y no consumen.
Energía renovable y sostenible: Las placas fotovoltaicas
aprovechan la energía del sol, que es una fuente inagotable. Su uso
contribuye a reducir la dependencia de los combustibles fósiles y disminuir
las emisiones de gases de efecto invernadero, lo que ayuda a mitigar el
cambio climático.
Ahorro económico: Aunque la instalación inicial puede
requerir una inversión, a largo plazo, las placas fotovoltaicas pueden
generar ahorros significativos en la factura de electricidad. La energía
solar es gratuita, lo que permite reducir o incluso eliminar los costos de
consumo de energía.
Mantenimiento relativamente sencillo: Los paneles solares
requieren poco mantenimiento. Es importante mantenerlos limpios y asegurarse
de que no haya sombras que afecten su rendimiento. En general, solo se
necesitan inspecciones periódicas para garantizar su funcionamiento óptimo.
Durabilidad: Los paneles fotovoltaicos
están diseñados para resistir condiciones ambientales adversas, como lluvia,
viento y nieve. Tienen una vida útil larga, generalmente entre 25 y 30 años,
lo que permite un retorno de la inversión a largo plazo.
Reducción de pérdidas en la transmisión: Al generar
electricidad a nivel local, cerca del punto de consumo, se reducen las
pérdidas asociadas a la transmisión de energía a largas distancias. Esto
mejora la eficiencia del sistema eléctrico y reduce la necesidad de
inversiones en infraestructuras de transmisión.
Si deseas información sobre las ayudas y subvenciones que existen ligados a la instalación de placas fotovoltaicas, con fuentes de energías renovables, así como a la implantación de sistemas térmicos renovables en el sector residencial, que recoge en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.